Advertisement

Main Ad

Café torrefacto ¿qué estamos tomando?

 

Si eres mexicano y alguna vez has comprado café molido en el supermercado (de esos de empaque rojo, sabor fuerte y aroma tostado), es muy probable que hayas probado café torrefacto sin saberlo. Este tipo de café ha formado parte del gusto popular desde hace décadas, aunque su origen y características siguen siendo un misterio para muchos consumidores.

 

"Pintura renacentista de una mujer disfrutando café de olla, con un paisaje de fondo."


Origen y contexto: más que una patente española

El café torrefacto consiste en añadir azúcar al grano de café durante el proceso de tueste. Esta práctica fue patentada en España a mediados del siglo XX, pero en realidad se inspiraron en métodos ya observados en México y Cuba, donde los tostadores añadían azúcar para preservar el grano bajo condiciones adversas de almacenamiento y distribución.

En países con climas cálidos y sin acceso a tecnologías de conservación modernas, esta técnica ayudaba a extender la vida útil del café. El azúcar se carameliza con el calor, formando una capa protectora alrededor del grano que retrasaba la oxidación y ocultaba olores o sabores desagradables causados por defectos del grano.

 

¿Por qué se usa café robusta en el torrefacto?

Otra característica común del café torrefacto es que suele elaborarse con café de la especie robusta (Coffea canephora), en lugar del más conocido arábica. Esto se debe a razones tanto económicas como prácticas:

  • El robusta es más barato de producir.
  • Tiene más cafeína, lo que da un sabor más amargo y fuerte.
  • Tolera mejor los procesos intensos de tueste con azúcar.

Estas cualidades lo hacen ideal para el torrefacto, donde el objetivo no es destacar notas florales o frutales, sino ofrecer un café intenso, resistente y, muchas veces, mezclado con azúres caramelizados para ocultar imperfecciones.

 

¿Café con azúcar... desde el tostador? El proceso químico del torrefacto

Cuando hablamos de café torrefacto, nos referimos a una técnica donde se añade entre un 10% y un 20% de azúcar (sacarosa) al café verde durante el proceso de tueste. Este detalle cambia completamente la química del café, tanto en su estructura como en su sabor.

 

¿Qué ocurre exactamente durante el tueste con azúcar?

Cuando los granos de café se tuestan, ya sea con o sin azúcar, se producen reacciones químicas complejas. La más conocida es la reacción de Maillard, donde los azúres y los aminoácidos presentes en el grano generan compuestos responsables del color marrón y de gran parte del aroma característico del café tostado.

Sin embargo, en el café torrefacto, la situación se complica debido al azúcar añadido:


Caramelización de la sacarosa:

  • La sacarosa comienza a caramelizarse alrededor de los 160-180 °C, y esta reacción se intensifica a medida que la temperatura sube (el tueste torrefacto puede superar los 200 °C).
  • Este proceso produce caramelos oscuros, melanoidinas y compuestos volátiles que contribuyen al sabor amargo, astringente y a veces ahumado del café torrefacto.


Formación de compuestos oscuros (carbonización parcial):

  • Si el tueste es muy prolongado o la temperatura se eleva demasiado, parte del azúcar se carboniza, creando una capa negra y brillante en los granos.
  • Esto puede generar notas quemadas o ahumadas y alterar la solubilidad del café (haciéndolo más pesado y denso al preparar).


Protección del grano:

  • La capa de azúcar caramelizado funciona como una película protectora que reduce la oxidación, lo cual prolonga la vida útil del grano.


Presencia de compuestos fenólicos y furánicos:

  • El proceso también genera compuestos como furfural, 5-HMF (hidroximetilfurfural) y fenoles, que se asocian al sabor tostado pero también están bajo escrutinio en estudios toxicológicos por su presencia en productos altamente calentados.
  • Aunque las concentraciones en el café torrefacto suelen estar dentro de los márgenes aceptables, su presencia es más alta que en cafés de tueste natural.


¿Qué efectos tiene esto en el sabor y la salud?

  • El azúcar caramelizado enmascara defectos del café, como acidez rancia o sabores terrosos.
  • El café resulta más amargo y denso, ideal para quienes buscan un sabor fuerte y con cuerpo.
  • Algunos estudios han debatido sobre el impacto del consumo frecuente de café torrefacto en la salud gastrointestinal, aunque no hay evidencia concluyente en humanos que lo relacione directamente con problemas serios.


¿Y por qué sigue en el mercado mexicano?

Porque ha creado su propio nicho. Marcas como Café Legal o Café La Parroquia se han posicionado en el imaginario colectivo gracias a ese perfil sensorial fuerte, tostado y tradicional. Para muchas familias mexicanas, ese es el sabor del café.

Además, el precio es otro factor clave. Al ser más económico, sigue siendo accesible para muchos hogares, sobre todo en regiones donde el café de especialidad aún no es una prioridad.

 

¿Es malo el café torrefacto?

No necesariamente. Pero sí es importante saber qué estás comprando y que estas bebiendo. El torrefacto no está pensado para destacar la calidad del grano, sino para ofrecer rendimiento, duración y sabor fuerte. Si buscas una experiencia más balanceada, con sabores más delicados o notas naturales del grano, quizás quieras probar cafés de especialidad con un tueste diferente de especie arábica y pensado en extraerse en una cafetera especial como una V60 o una prensa francesa.