La economía naranja es muy interesante, pues de trata de un concepto referente al conjunto de actividades que permiten transformar las ideas, el conocimiento y el talento en bienes y servicios culturales y creativos, cuyo valor está determinado por su contenido de propiedad intelectual. La economía naranja abarca sectores como las artes, el patrimonio, los medios, el diseño, la moda, la gastronomía, el turismo, el deporte y la innovación, entre otros, con esto ya comprendemos que la economía naranja abarca diversos campos y se desarrolla por diversos profesionistas y oficios.
¿Qué es la economía naranja?
La Economía Naranja es como una paleta de colores vibrantes que pinta el lienzo económico con la creatividad y la expresión cultural. La economía naranja es un modelo de desarrollo que busca aprovechar el potencial de la cultura y la creatividad para generar riqueza, empleo y bienestar social.
Imagina un universo donde las ideas se
convierten en activos valiosos, donde la cultura y la creatividad no solo son
expresiones artísticas, sino también motores de desarrollo económico. La
Economía Naranja abarca sectores que van desde las artes y el diseño hasta la
tecnología y los medios de comunicación, todos tejidos por el hilo de la
propiedad intelectual.
Es un paradigma que desafía la noción tradicional de economía al reconocer que el valor económico no solo proviene de la producción masiva, sino también de la singularidad y la autenticidad. Es un llamado a cultivar la creatividad, proteger la propiedad intelectual y fomentar un entorno propicio para que las ideas florezcan.
En este lienzo naranja, las industrias
culturales y creativas se entrelazan con la tecnología, generando oportunidades
para el crecimiento económico, la generación de empleo y la construcción de
identidades culturales fuertes. Es un recordatorio de que la riqueza de una
nación no solo se mide en términos monetarios, sino también en la diversidad y
la vitalidad de su expresión cultural.
En resumen, la Economía Naranja es una
sinfonía donde la creatividad, la cultura y la propiedad intelectual componen
una melodía única que impulsa el progreso económico de manera innovadora y
sostenible.
Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la economía naranja se compone de tres dimensiones:
1.- La economía cultural, que incluye
las actividades relacionadas con la expresión y la preservación de la
identidad, la diversidad y el patrimonio cultural, como las artes visuales y
escénicas, la literatura, el cine, la música, la artesanía y los museos.
2.- Las industrias creativas, que abarcan
las actividades que combinan la creatividad con la producción y distribución de
bienes y servicios culturales, como la publicidad, la arquitectura, el diseño,
la moda, el software, los videojuegos y la animación.
3.- El soporte a la creatividad, que engloba
las actividades que facilitan y potencian el desarrollo de la economía cultural
y las industrias creativas, como la educación, la investigación, la
infraestructura, el financiamiento, la regulación y la promoción.
¿Quién o cómo acuñó el término?
El término "Economía
Naranja" fue acuñado por primera vez por el economista y exministro de
Cultura de Colombia, Felipe Buitrago, y por el entonces director de la
Fundación Espacios de Investigación y Creación (EIC), Iván Duque Márquez, en el
libro “La economía naranja: una oportunidad infinita”, publicado en 20132. En
esta obra, los autores presentan el concepto como una forma de impulsar el
desarrollo de América Latina y el Caribe a través de la cultura y la
creatividad, aprovechando el talento y la diversidad de la región.
Este concepto destaca la importancia de la creatividad y la cultura en el desarrollo económico. La denominación "Economía Naranja" se ha popularizado y adoptado en varios países de América Latina y otras regiones para referirse a sectores económicos relacionados con la cultura, la creatividad y la propiedad intelectual.
Los autores eligieron el color naranja
porque simboliza la cultura, la identidad y la creatividad, y porque es el
resultado de la mezcla de dos colores primarios: el rojo y el amarillo.
¿Cómo se genera la economía naranja?
Aquí hay algunas formas clave en las
que se genera la Economía Naranja:
Innovación y Creatividad: La base de la
Economía Naranja radica en la innovación y la creatividad. La generación de
nuevas ideas, productos y servicios creativos impulsa el desarrollo de esta
economía.
Industrias Culturales y Creativas: Sectores como
las artes visuales y escénicas, la música, el cine, la literatura, el diseño,
la moda, los videojuegos y otros campos relacionados forman parte esencial de
la Economía Naranja.
Tecnología y Convergencia Digital: La
integración de la tecnología y la digitalización potencia el alcance y la
distribución de productos culturales. Plataformas digitales, redes sociales y
herramientas tecnológicas juegan un papel crucial en la difusión y
comercialización de contenidos creativos.
Protección de la Propiedad
Intelectual: La Economía Naranja requiere un marco legal sólido
para proteger los derechos de propiedad intelectual. Esto incentiva a los
creadores a invertir en sus ideas, sabiendo que tendrán la protección necesaria
para beneficiarse de su trabajo.
Emprendimiento Cultural: La creación
de empresas y emprendimientos en el ámbito cultural y creativo es esencial.
Esto incluye desde estudios de diseño hasta empresas de tecnología centradas en
la cultura.
Educación y Formación: La formación
de profesionales en campos creativos y culturales es clave para alimentar la
Economía Naranja. La educación fomenta el talento y la capacidad de generar
contenido innovador.
Turismo Cultural: Las
manifestaciones culturales y creativas pueden convertirse en un atractivo
turístico importante. Eventos, festivales y exposiciones culturales contribuyen
al crecimiento económico a través del turismo.
Colaboración Interdisciplinaria: La Economía
Naranja se beneficia de la colaboración entre diferentes disciplinas. La
intersección de la tecnología, la ciencia, el arte y la cultura puede dar lugar
a soluciones y productos únicos.
¿Qué oficios o profesiones la
desarrollan?
La economía naranja involucra a una gran variedad de oficios y profesiones, que pueden clasificarse en tres categorías:
Los creadores, que son los
que generan las ideas, los contenidos y las obras originales, como los
artistas, los escritores, los músicos, los cineastas, los diseñadores, los
programadores y los inventores.
Los productores, que son los
que transforman las ideas, los contenidos y las obras en bienes y servicios,
como los editores, los productores, los realizadores, los desarrolladores, los
fabricantes y los distribuidores.
Los facilitadores, que son los
que apoyan y potencian el desarrollo de la economía naranja, como los
educadores, los investigadores, los gestores, los asesores, los financiadores,
los reguladores y los promotores.
¿Qué datos de la UNESCO respaldan la
economía naranja?
La UNESCO, como organismo de las
Naciones Unidas encargado de promover la educación, la ciencia y la cultura, ha
reconocido la importancia de la economía naranja como una herramienta para el
desarrollo sostenible e inclusivo. Según el informe “Cultural Times: The first
global map of cultural and creative industries”, publicado por la Unesco en
2015, la economía naranja representa el 3% del PIB mundial, genera 2,25
billones de dólares anuales, emplea a 29,5 millones de personas y exporta
250.000 millones de dólares al año. Además, la Unesco ha declarado el 2021 como
el Año Internacional de la Economía Creativa para el Desarrollo Sostenible, con
el objetivo de promover la contribución de la economía naranja a la
erradicación de la pobreza, la inclusión social, la diversidad cultural, la
protección ambiental y la paz.
¿Cuál es el futuro de la economía naranja?
El futuro de la economía naranja es
prometedor, ya que se trata de un sector dinámico, resiliente y con gran
potencial de crecimiento, que se adapta a los cambios sociales, tecnológicos y
ambientales. La economía naranja puede ofrecer soluciones innovadoras a los
desafíos globales, como el cambio climático, la desigualdad, la migración, la
salud y la educación, y puede generar oportunidades de empleo, emprendimiento,
participación y bienestar para las personas, especialmente para los jóvenes,
las mujeres y los grupos vulnerables. Para aprovechar el futuro de la economía
naranja, se necesita de una mayor cooperación entre los gobiernos, el sector
privado, la sociedad civil y las organizaciones internacionales, así como de
una mayor inversión, formación, investigación y difusión de las buenas
prácticas y los casos de éxito.